interculturalMerienda Intercultural

En el corazón de Granada, un proyecto se ha convertido en un puente que une distintas culturas a través de la gastronomía y la convivencia. Proyecto Emaús, un espacio de encuentro y diálogo, abrió sus puertas para una experiencia singular: una merienda intercultural que reunió sabores, aromas y colores de Venezuela y Perú. La interculturalidad no solo celebra la diversidad sino que, sobre todo, enseña y enriquece. Al compartir una mesa, compartimos más que comida; intercambiamos historias, sueños y tradiciones. En una tarde que prometía ser exquisita, los lazos entre comunidades se tejieron más fuertes que nunca.

La Merienda Intercultural

La elección de las arepas venezolanas y la chicha morada peruana no fue casualidad. Estos platos, profundamente arraigados en sus respectivas culturas, se convirtieron en los embajadores de una hermandad cultural. La arepa, con su sabor que evoca hogar y su versatilidad que abraza cualquier relleno, y la chicha morada, bebida ancestral con sus notas dulces y profundas, se transformaron en símbolos comestibles de unión. Cocinar y compartir estas recetas fue un acto de amor y un tributo a la riqueza cultural que cada país lleva consigo. Esta merienda fue un festín para los sentidos y un homenaje a la tradición.

Experiencia Intercultural

El evento no se limitó a la degustación de platos típicos; fue una verdadera experiencia intercultural. Se organizaron actividades que permitieron a los asistentes sumergirse en un viaje sensorial a través de la música y el arte, universales en su lenguaje pero únicos en sus expresiones. Historias de tierras lejanas se compartieron, y el ritmo de la música llenó el aire, creando un tapiz sonoro en el que cada nota era una palabra de amistad y comprensión. Arte en sus múltiples formas adornó las paredes, mostrando que la belleza es una lengua común.

interculturalReacciones y Participación

Las reacciones fueron unánimes: alegría y gratitud por una experiencia que sobrepasó las expectativas. Los testimonios recogidos hablaban de descubrimientos y conexiones, de la emoción de entender mejor otra cultura a través de su gastronomía y sus ritmos. Merendando Juntas, la organización detrás del evento, fue el alma que impulsó esta integración, mostrando que la comida es más que sustento; es diálogo, es historia, es puente entre las personas. Este evento fue un recordatorio tangible de que cuando extendemos la mesa, también extendemos nuestros corazones.

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